La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) hace más de diez años asumió la tarea de desenterrar las víctimas del franquismo de sus fosas anónimas y recuperar así su dignidad. Empieza a romper el silencio que predomina la sociedad española desde hace más de 70 años.
Con la colaboración de numerosas personas, la ARMH ha podido investigar, documentar y finalmente efectuar la exhumación en decenas de casos y ayudar así a los familiares a recuperar los restos de sus seres queridos.
Como en el caso de Antonio Fernández, "El Cesterín":
Fue una noche en octubre del 1936 cuando las milicias franquistas llegaron a la casa de Antonio Fernández González. Se llevaron a "El Cesterín", un joven de 24 años, para asesinarlo a unos kilómetros de su casa. "El Cesterín" dejó a su esposa y sus dos hijos pequeños, Constantino y Antonio.
Los niños se criaron con la leyenda de que su padre murió en una reyerta entre vecinos. El miedo a represalias impidió que se les contara la verdad. Ésta tardó más de 70 años en ser descubierta. Fue Adriana, hija de Constantino y nieta de "El Cesterín", que tuvo dudas de la versión que se le contaba. Desde Argentina empezó a investigar la muerte de su abuelo.
Con la ayuda de la ARMH descubrió la verdad detrás de la leyenda.
El 7 de octubre del 2011, Adriana viajó a España, acompañada por su padre Constantino y su tío Antonio, para presenciar la exhumación de su abuelo "El Cesterín" en las montañas leonesas y descubrir su propia historia.